¡Emergencia! Estrategias para cuando el ritmo
tu clase se está cayendo.
Como
profesora, me ha tocado dar clase de inglés a varias personas o a una sola; a
gente joven y a jubilados; a la noche, a la tarde, al mediodía o temprano en la
mañana. Como todos sabemos, cada clase
presenta sus propias dificultades y sus propios encantos. La parte
divertida es la que viene sola, pero tenemos que prepararnos para esos desafíos
inevitables.
A veces los
estudiantes están simplemente cansados o una lección con demasiada gramática
les aburre un poco. Quizá tienen otras preocupaciones (personales o laborales,
por ejemplo) en la cabeza. Puede ser también que sencillamente no les gusta
levantarse temprano o que cierto tema los frustra. Sea como sea, como profesores tenemos que estar
preparados y preparadas para enfrentar estos momentos difíciles con nuestros
estudiantes.
Y seamos
honestos; ¡a veces como profesores
estamos un poco quemados! La idea es nunca desperdiciar la clase, pero si
nos alejamos de la parte técnica de explicaciones gramaticales un día para
poder hacer algo más interactivo, no
hay problema. Son como pequeñas
vacaciones para todos.
A la medida
que pasaban los años, desarrollé algunas estrategias
de supervivencia docente. Creo que la más importante en términos materiales
fue mi “carpeta de emergencia” – una
carpeta que siempre llevaba conmigo a cada clase con diferentes actividades
divertidas para cualquier nivel o grupo.
Estaba
dando clase en Buenos Aires, Argentina y trabajaba con diferentes institutos
que me mandaban a varias empresas, lo cual quería decir que no todos mis grupos
estaban trabajando siquiera con la misma serie de libros. ¡Era necesario
ponerme un poco creativa!
Entonces, ¿qué es la carpeta de emergencia?
¡Es un
salvavidas! Contiene varias hojas impresas con diferentes actividades
organizadas de la siguiente manera:
·
Por
nivel (principiante, elemental, intermedio, avanzado)
·
Por
tema (expresión oral, entendimiento auditivo, escritura, juegos, etc.)
¿Qué tipo
de actividades entran?
Sobre todo,
actividades divertidas que requieren participación
activa por parte de los estudiantes mismos. Muchas veces se aburren en clase cuando la experiencia es pasiva:
sólo tienen que escuchar la explicación y tomar nota. (De hecho, deberíamos
evitar el aprendizaje pasivo siempre que podamos; es mucho mejor pedirles a los
estudiantes ejemplos, correcciones, etc.)
Ahora, si
pueden ser juegos, mejor aún. La competencia
o el trabajo en equipo siempre
levantan el ánimo en la clase. Otra cosa para tener en cuenta es la risa. Si es posible hacer una actividad
graciosa como lo pueden ser las representaciones (role-plays), ¡golazo!
Abajo van
algunas de las actividades que siempre llevaba conmigo. Pero primero, ten en
cuenta lo siguiente:
·
Organiza
muy bien la carpeta con clips y/o etiquetas
·
Imprime
nuevas hojas para no quedarte sin
·
¡Ten
en cuenta qué has usado con cada grupo!
·
Recuerda
qué hay en la carpeta de emergencia a toda hora para poder escoger, en lo
posible, algo que va de la mano con el tema que se está trabajando en clase
Posibles
actividades:
1.
Role-plays
Imprime unas fichas con personalidades (nombre, profesión y pasatiempos)
y pon a los estudiantes a interactuar entre sí. Los puedes poner a presentarse
en una fiesta de bodas, a conocerse en un congreso profesional o aun a charlar
en citas ciegas. Decide la situación según la edad, las personalidades y la
profesión de tus estudiantes. Haz fichas para cada nivel y las posibilidades
son infinitas.
2.
Expresiones coloquiales
Para grupos intermedios y avanzados,
una excelente idea es hacer actividades con expresiones
(“to let the cat out of the bag”, “to get on the bandwagon”, “to hit the nail
on the head”). Prepara
tus actividades con unas cinco expresiones y parrafitos que demuestran su uso
con espacios en blanco para completar. Los estudiantes también podrán hacer
ejemplos propios para compartir con el grupo.
3.
Citas famosas
También me he divertido mucho con mis estudiantes trabajando con citas
de personajes famosos (políticos, filósofos, figuras históricas, autores,
estrellas de cine). Escoge unas citas según el nivel de tus estudiantes y
organízalas en una hoja – ¡pero no incluyas el final de la cita! Sólo pon el
nombre y la mayoría de la cita para que los estudiantes puedan completarlas y
comparar sus oraciones con las citas originales.
4.
Veinte preguntas
Prepara una hoja con veinte (o menos) preguntas personales según el
nivel de los estudiantes al estilo de: “What do you eat for breakfast?” o “What
city are you from?” Nada demasiado privado, claro. Cada estudiante llena una
hoja y te la entrega. Después lees las preguntas y las respuestas sin decir de
quiénes son, y los estudiantes deben adivinar quién ha dicho qué.
5.
Dos verdades y una mentira
Similar al juego del número 4, distribuyes una hoja con varias preguntas
al estilo de: “When I was a child, I…”. De nuevo, las preguntas se escriben
según el nivel del grupo. Cada persona debe escribir dos cosas verdaderas y una
mentira. Después todos comparten sus respuestas y los demás deben adivinar cuál
es la mentira.
Estas son
algunas ideas, pero realmente la lista
es infinita. Me ha ido bien con estas actividades y con juegos de vocabulario o gramática para puntos, por ejemplo. Sobre
todo, la competencia y lo lúdico son excelentes, además de las
actividades en que los estudiantes
pueden hablar sobre sí mismos. A todos nos gusta que alguien se interese en
nosotros - ¿por qué no preparar actividades con entrevistas?
Nadie
conoce a tus estudiantes mejor que tú, entonces prepara estas u otras
actividades para tu carpeta de emergencia y ¡a divertirse!
Mallory May
Profesora de inglés y
desarrolladora de materiales didácticos para Really Learn
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